- Con los brazos abajo, fíjate si alguna de tus mamas
está deformada, si hay cambio de color o si el pezón
está desviado o hundido. - Colocá las manos en la cadera, presiona firmemente.
Inclinate un poco hacia adelante y busca algunos
de los cambios mencionados. - Ahora observa los cambios,
pero con los brazos extendidos hacia arriba. - De pié, con una mano detrás de la cabeza,
explora toda la mama con movimientos circulares,
empezando por las axilas hasta terminar en el pezón. - Efectuá todas las maniobras anteriores
pero ahora acostada y con una almohada
bajo tu espalda. - Terminá tu exploración apretando el pezón
y observá si hay salida de líquido anormal.
¿Y tú... qué esperas para intentarlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario